Entre la maraña

Te sitúas buscando el lugar entre la maraña. Las líneas que se trazan a tu alrededor te invitan a recorrer espacios infinitos. Te sientes pequeña, diminuta, una equilibrista atravesando terrenos vírgenes del sueño de la media tarde. Aun así, reducida al paisaje que te envuelve, das un paso en la transparencia, entornando los párpados como si quien alza la impronta fuese otra. Delicadamente, sin querer queriendo. Caminas. Entre la línea más fina y sutil, en aquella que te sitúa en el balcón de las mañanas en que el arco iris se dibuja en el horizonte. Te quieres ubicar justo en el punto que te permita danzar, jugar a ser una contorsionista que se desliza suavemente. Te quedas detenida, mezclada entre el caos, eres, sin ser, una nube suave del color gris intermedio. El todo y la nada. Diste el paso. Te sumergiste deshaciendo caminos marcados. Envuelta, virando, en espiral hacía todas las direcciones posibles, te encuentras intentando nombrar los caminos. ¿Situarse puede ser transformase en una nube suave que cruza horizontes sin mapa que seguir?. Lo anotas, lo guardas en la caja secreta y duermes soñándote peregrina.