Magentas que cruzan espacios

Esferas algodonadas de un radiante magenta invaden lentamente los espacios habitados. Derivar, a veces, es fácil y escribo el término magenta en el traductor, como para saber, sólo para saber. Descubro que no tiene traducción en otros idiomas cercanos, magenta siempre es magenta. Ya estoy fascinada. En ese breve tecleo, me seduce saber que no hay traducción y un porqué se cruza en mi camino. ¿Cúal es su origen? ¿Quién nombró al magenta? Es un color primario en las teorías del color que aprendí hace algunos años. Leo que el término nace de una batalla, en Italia. Y que anteriormente era conocido como «fucsina» por su descubridor. ¿Se pueden descubrir los colores?¿Qué se ha descubierto? Quizás, la fórmula que lo explica. ¿Pero, qué fórmula explica a las esferas que, a veces, se cuelan por debajo de la puerta? Que revolotean a tu alrededor invitándote al hechizo, que te cautivan, prenden y liberan a la vez. Que te susurran sueños, fantasías y anhelos para descubrir. Definitivamente magenta es el color. Aunque, a veces, derivar no es fácil.