No sé si me recuerdas

Cruzo el horizonte de los sentidos y los instantes se detienen en ese espacio sin tiempo. Una melodía de fondo entona “La ci darem la mano” y en el primer acorde estoy entre los matices del blanco algodonado. El intervalo camina al revés, me acompaso suavemente al ritmo y desaparezco entre dos raíles. Ausentada tras la arista, considero quimeras extrañas, símbolos y signos que recorren bóvedas en construcción. Navego, cruzo, vuelo y rompo, en tres pedazos exactos, los pretéritos vetustos y anquilosados en mi ser. Como me gusta deambular, pasear, caminar errática por lindes y horizontes por descubrir. Ya no queda nada a lo que aferrarse, he soltado amarras y me embarco asida en el mapa de tu mirada. No sé si me recuerdas. Por si te has olvidado, has de seguir el camino inverso. El reverso siempre te acerca a confines difíciles de esbozar en un solo trazo. Giro, cruzo, revoloteo, salto y, en una pirueta me vuelvo a situar en el hilo rojo que siempre me conduce a ti y sobre el que deambulo suavemente.